Bjørn se reúne con el dueño de un club al que conoce del pasado cuando hacían negocios sucios. El dueño del club le plantea a Bjørn el hecho de que su hija no era la chica inocente que Bjørn recuerda. No era una víctima; en realidad, era la gerente de un negocio de drogas en el mercado negro de la web oscura.