Tenax y Domiciano fundan su propia facción, la Dorada, y reclutan al célebre auriga Escorpo. Los patricios Antonia y Marso intentan menoscabar sus esfuerzos mientras Cala se ofrece a ayudar a Tenax para garantizar la seguridad de sus hijas. El emperador Vespasiano reflexiona acerca de cuál de sus hijos debería sucederle: Tito el soldado o Domiciano el político.