Sarajevo, 1914. Un grupo de nacionalistas serbios estaban decididos a matar al heredero del trono austro-húngaro. Dos de los asesinos portaban bombas, y un tercero, un estudiante llamado Gavrilo Princip, tenía una pistola. Los incidentes de ese 28 de junio de 1914, fueron uno de los principales desencadenantes de la Primera Guerra Mundial.