Una joven embarca en un avión rumbo a Nueva York con síntomas de un catarro o gripe. Al bajar se encuentra mucho peor y un congresista la lleva en su coche a casa donde, encontrándose mucho peor termina en el hospital donde le diagnostican la terrible peste negra. Ante la oposición del alcalde a hacer público el asunto para no poner en peligro a la ciudad y el turismo, los médicos y la central de epidemias bien dirigidos por la doctora Nora Hart se pone en marcha para primero saber quién era la chica y de donde viene la enfermedad y lograr aislar a todos los que tuvieron contacto con ella.