Josefina y Antonio han alcanzado un delicado equilibrio económico después de contraer matrimonio. El sueldo de abogado de él, y el que gana ella en el hospital, les permite sobrevivir y fantasear con algún capricho. La situación se complica al recibir la noticia de que Josefina espera un hijo. Anticipándose a la debacle que puede suponer el tener un "niño que se lo come todo, incluso la comida", Josefina le imparte al bebé que todavía lleva en el vientre, cursillos de enseñanza superior, para así ahorrarse algún dinerillo en colegios. Mientras, Antonio se introduce en el mundillo del hampa, buscando clientes a los que ofrecer sus servicios como abogado. Secuela de "La vida por delante".